Es muy necesario también porque a las mujeres nos enseñan a ir por la vida con nuestras heridas sin curar. Nos enseñan a cuidar a los demás y a poner nuestras necesidades en último lugar.
Pero es el momento de descubrir la importancia de sanar nuestras heridas de parto. De dejar que cicatricen y cierren. De hacer que la sangre deje de manar dejando un reguero de lágrimas rojas a nuestro paso.
Es tiempo de recuperar nuestro poder como mujeres, como diosas.
Tal vez un día te robaron el parto, pero no dejes que ahora, cada día, cada minuto, te roben el resto de tu vida.
Nos merecemos ser felices, disfrutar de la vida, de nuestros cuerpos.
Nuestras parejas, nuestros hijos se merecen tenernos al 100% de nuestras capacidades.
Es hora de recoger nuestra capa de invisibilidad y dejar que se nos vea. De vernos y hacernos ver. De sanar y recuperar el tiempo perdido.
En los próximos días te cuento cómo lo vamos a hacer y cómo puedes unirte al grupo.
Estoy deseando comenzar.
Un abrazo muy fuerte:
Mónica
No hay comentarios:
Publicar un comentario